![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSFmOAxCCVGVXNW0SMQ1QDZo0ngmefDlnfgUUjyqIUNw-sWaAp5YqSroIiKpzQdde-25xw2fNFbd-QAcJCiZhT_gzMs05uKke2XRAB4NgBbrh1spkptvakvJkwo8iEo21rxQBZ1xEjOgiU/s640/1286900518287_f.jpg)
El tiempo desgasta, rompe, separa, une y anula. Amarillea las hojas de papel que en otro tiempo fueron escritas con palabras llenas de sentido. Arruga las fotografías que fueron contempladas y admiradas. Acaba con historias que parecían infinitas. Pone el fin a los cuentos, al amor y a la vida. Pone el fin sin dar marcha atrás. Y no te regala partículas de sí mismo para permanecer un breve instante más en esta vida. Ni te ofrece la oportunidad de llegar a ese justo momento en el que faltó escuchar, hablar o amar. No te da una caja llena de sueños que tuviste y no alcanzaste a recordar. Ni te da una cinta grabada que capte los mejores momentos de tu vida.