El murmullo que se disuelve en la agitada multitud, suele confundir y casi borrar las memorias de mi juventud.
El ardor de la calle donde camino perdido en una evidente dirección.
El sol me ilumina con tanta frialdad como si me estuviera congelando.
El tiempo frió hace que mis sueños caigan como lluvia y se deslicen por mis manos.
Cuando despierto de mis incontrolable deseos, tu estas reflejado en una ilusión brillante.
Como una silueta que se desvanece, me sonríe y me guia.
Supongo que alcanze la eternidad y no quiero que llegue un mañana.
Las palabras que tengo que decir me las digo a mi mismo, porque vos estas congelado por el frió invierno, pero no dejes que me congele.
Con mis manos temblorosas recojo mis frágiles sueños, pero sin si quiera respirar sobre ellos, se desvanecen.
Incluso las cosas mas certeras me son poco fiables, pero aun así creo en algo, volveremos a estar juntos.
Un día deje de moverme y el viento me arrastro consigo, me congelo el invierno pero la primavera nos volvera a unir.
Estuve impotente en el frió de mi corazón.
Al fin me di cuenta que el tiempo frió arrastra mis sueños, pero juntos podemos sujertarlos.
No dejes que me congele.
No quiero vivir un ayer ni un mañana, vivamos en la eternidad, lejos del invierno.