20.6.12

El diamante del príncipe

Cuando al fin se puso el sol, el príncipe aguardó en la penumbra la llegada de la noche, ahora era parte de las sombras, su cuerpo se mezcló con las tinieblas del reino. El viento suspiraba miedo, los arboles cantaban en secreto como búhos ocultos, y los ojos pardos del príncipe brillaban en la oscuridad como lucero del alba. Se sintio agobiado, la noche fue mas larga que cualquier otra. Aun así el príncipe estaba convencido de que esa noche llegaría lo que le había prometido su corona. La media noche condujo el galope de un corcel blanco y entre las malezas se descubrió una dama de mirada vacía y labios carmín, la dama caminó hacia el príncipe y de rodillas acerco su rostro hasta que un beso rompió la serenidad de sus corazones. Un cetro  nació de las manos de la bella mujer  y fue entregado al príncipe del reino, en su diamante se encontraba el deseo mas profundo de un mortal, lo imposible terminaba en el destello del cristal azul. La mujer monto su corcel y desapareció en la oscuridad del bosque. El príncipe de ojos pardos tomo el cetro del diamante azul  en sus manos y se dirigió a su castillo siguiendo el cendero del abismal bosque. Las torres de su reino dominaban lo mas alto del cielo, allí donde las aves no vuelan, donde las montañas no llegan, donde los míticos dragones eran avistados. Sin embargo, lo mas preciado para el se encontraba debajo del castillo, donde la muerte le arrebato algo mas importante que el poder, las riquezas y el mismo reino. En un ataúd de oro dormía eternamente su princesa, su cuerpo petrificado conservaba la belleza mas pura y sus dos manos enlazadas eran un candado que ya no sentían amor. Centró sus ojos en el diamante y el príncipe deseo mas que cualquier otra cosa que su princesa despertara del sueño en el que se encontraba inmersa. Una luz azul oscuro como la profundidad del mar se desprendió del diamante y un respiro de vida fue escuchado, un latido de consciencia pudo ser sentido, la luz se disipó y la princesa abrió sus ojos marrones. El príncipe la observó maravillado, pero toda su felicidad se esfumó cuando su amor le pregunto -¿quién eres tú?-. Ella había olvidado absolutamente todo, el diamante le regresó una nueva vida, sin recuerdos. Las manos del príncipe sangraron al apretar el diamante con todas sus fuerzas, y lo dejo caer al frió suelo, donde se rompieron en pedazos todos los fragmentos de sueños y deseos. Quien destrozara el diamante mágico perdería la vida, el dueño y el cristal mágico eran uno solo. Sus ojos se cerraron, su corazón dejo de latir, su amor por la princesa ahora no era más que un frió pasado. 


Cuando alguien nos deja para siempre, ¿vale la pena realmente perder nuestra vida tratando de recuperar algo que ya no es?, el príncipe no pudo olvidar a su princesa y eso lo llevo a la muerte.

8 comentarios:

Y. dijo...

Atrapante con todas las letras, una hermosa descripción, una bella historia contada en un par de líneas y sin huecos… la verdad fue alucinante te felicito, hasta pronto.

Ángela dijo...

Si mis fotos son preciosas, cómo son las tuyas y tus textos? Me lo explicas?

Doamna care plânge dijo...

me parecio re dulce ♥ :) me parece a mi o estas atravezando un duelo ?

Roo ~ dijo...

Increíble! Me encantan tus pensamientos sobre la vida. Me hacen ver las cosas, a veces, desde otro punto. Suerte(:

Unknown dijo...

Por dios, se puede saber de donde sacas tanta inspiración? yo necesito un poco de eso :( Lindo blog, besos.

Qtta dijo...

Buena sintesis

Eli dijo...

geniial!! me encanto es poco,gran entrada,bella historia..besos

RENATO VIDAL S. dijo...

olvidar si alguien tuviera la receta, sería todo más fácil, no culpo al príncipe por querer devolver a la vida a su amor, pero no es bueno volver al pasado, las personas cambian, los sueños y las ilusiones también, pero el amor nos ciega y a veces no hace caer doblegados ante el. buenisimo, realmente mágico, me alegra saber que existen personas como tú que puedan transcribir las emociones de manera sublime. Un abrazo y nos leemos como siempre. :)♛