Destilándose en los fulgores del firmamento, arden los momentos vividos, en la piel encendida en fuegos memoriales. Corriendo contra el tiempo el alma. Con la ausencia que trae recuerdos oscuros, tan oscuros que son invisibles sin las estrellas caídas en el profundo bosque.
Desde donde la mirada del guardián vigila el umbral, Gritó el viento nuestros nombres, eones en su brisa nos llevan lejos en el aliento que resguarda a la vez que llena el abismo... a un sueño donde duermes conmigo a la espera de tiempos en los que moraban algo más que recuerdos y las luces de quien fui cuando llegaste a mis ojos y ahí estuvo la inspiración... perdiendo la sensación de ser quien buscaba las palabras, estaba perdido y ellas me buscaron a mí.
3 comentarios:
Las palabras pueden llegar a convertirse en muy buenas amigas nuestras. Querido François, hoy he conocido a un hombre argentino que me recordaba tanto a ti que no he podido evitar ponerme triste porque hace casi un mes y medio que no hablamos. Pero cuando vuelvo a leerte es como saber un poquito más de ti, de cómo estas, de cómo te encuentras. Últimamente no he tenido mucho tiempo para pasarme por tu blog, lo siento muchísimo en serio, te debo puñados de comentarios, pero estamos con exámenes y todo es un rollo.
Te quiero mucho. Y feliz Diciembre, que ya se acerca la navidad.
A veces cuando estoy perdida, deseo con toda mi alma que alguien me este buscando, aunque sé que no es así.
Adoro como escribes.
abrazos ( de oso )
Ojala las palabras pudieran encontrarme a mí también, y no fueran solo las de odio repitiéndose en mi mente, cada vez parecen menos las que puedo expresar.
Tu entrada me hizo pensar que debería dejar que ellas me encontraran, pero no se cuanto tiempo podré seguir esperando a que lleguen... y con suerte tal vez tomen un atajo ya que el tiempo corre en su contra y no se decir cuanto tiempo podre seguir esperándolas.
Besos.
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