Tus manos expresan el silencio entorno al río, mis restos descansan en el agua. Cae el rocío helado sobre tus labios enrojecidos y vuelve a tañer el silencio despabilado,
Soy los pasos de un ente perdido en la niebla con mis manos atrapando sueños en la lejanía.
Donde las fronteras cantan las distancias cuando el caos es la magia,
y los espejos reflejan las existencias... pero tú estas aquí, tocando mi alma.
Las voces son ecos como magos en el centro del mundo, son las sombras en mi oscuridad, el hilo que teje la consciencia.
Floto, en la brisa de tus manos, donde levita mi alma en destiempo.
Respiro, en el fuego de tus brazos, donde nace la realidad con que voy cambiando mi mundo, para ser tu hombre excepcional.
Sálvame, porque no podrá ver la sombra quien sueña a la luz del sol...
3 comentarios:
Qué bonito Nicolás! y la imagen hermosa.
Escribes con una ligereza que no cualquiera la tiene. Este poema me encanta, de verdad.
pero tú estás aquí, tocando mi alma.
Publicar un comentario