11.11.13

Atmósferas

Quisiera colmar con algo el vacío abrumador que se devora hasta las sombras, las que de alguna manera me permitían saber que continuaba sintiendo y a la vez me hundían más en la niebla de aquella atmósfera donde decidí que el tiempo no iba a ser parte de mí. Una extraña sensación recorre mi piel, mi corazón se infla, se diluye, no entra en el pecho y me he dado cuenta que decidí permanecer del lado de la soledad para protegerme del mundo, pero aquí nadie puede protegerme de mi mismo... El amor, la tristeza, la felicidad, son motivos vanos, simples etiquetas demasiadas humanas que fingen la comedia del significado. El frío que despide mi cuerpo ha congelado mis huesos, no puedo moverme en este espacio donde no hay un horizonte que parezca infinito, nubes que tomen la forma de mi imaginación o un suelo donde pueda pudrirse mi cadáver... no hay nada.  Ya no pretendo tomar aquellas frases que flotan a mi alrededor, como frágiles sueños de poeta buscando razones imposibles para mantenerme despierto, aunque en realidad ya no se si estoy durmiendo o si de verdad en algún momento desperté. 

 

2 comentarios:

Mery Carballido dijo...

No me digas por qué, pero me has hecho sentir un escalofrío. Cada vez estoy más enganchada a tu blog, a todo lo que sientes (que por suerte o por desgracia, creo que se amoldan significativamente a los míos) y a todo lo que escribes y transmites con ello.
No cambies nunca.
Un beso enorme desde http://ensinbragasyaloloco.blogspot.com

Ester Del Pozo dijo...

Es cierto, cuando huimos de las personas buscando soledad, la soledad que encontramos no es completa, porque no podemos huir de nosotros mismos. Me has transmitido tanta emoción, tanto sentimiento. Me encanta.

un beso!