3.3.14

Hilos de sombra

Estoy sentado, preguntándome qué es la realidad, tenaz en mi inmovilidad, persistente en mi fragilidad y la frugalidad que rige mis días. Derramándome en míriadas de pequeñas muertes complacientes. Hirientes haces de locura que fulgura en lo hondo de la negregura sin cura del fondo de mi alma. Con sus huesos que asoman relucientes y posan un beso de cianuro y de humo en mis labios. Ya no recuerdo a quién amo, ni recuerdo si amé alguna vez. Sólo una sed, una avidez de tener un instante mío, un instante de encuentro cierto con algo... con alguien. Tal vez las palabras sean lo único que existe en el enorme vacío de los siglos, que me arañan el alma con sus recuerdos y sueños desnudos de una noche solar. Pero el viento y la lluvia me borraron como a un fuego, como a un poema escrito en un muro con la tinta de su voz. 


3 comentarios:

Wakimiro dijo...

Las palabras son lo único que esta en este enorme vació entre nosotros,
Me encanto tu poema,
Sigue escribiendo me encanta leer tus entradas :D
un abrazo!

Garriga dijo...

buen poema,

Carolina Campos V. dijo...

Cada palabra que usas tan cargada de significado, bello, como siempre. Saludos desde Colombia