22.8.12

Llamas de luz

Las llamas de la luz se apagaron sin prisa como si ocultándose detrás del sombrío vació se encontrara con la oscuridad del temor. Con el resplandor escondiéndose detrás de las colinas en el horizonte plagado de muerte, mi visión se adapto al paisaje sin vida donde mi alma odiaba al resto de los espíritus que habían desparecido en la tarde como el fuego del cielo. Ahora la pequeña sombra de mi cuerpo cubría por completo el mundo que había creado con mentiras y lagrimas ácidas, todo estaba demasiado oscuro para ver la noche, la noche era yo y el viento de aquel mundo salia de mis gritos. Nunca supe cuan extenso era mi universo, si en el habitaba algún ser o en la agonía del silencio a veces crujía el suelo que se quebraba amenazando con llevarme hacia el infierno más profundo. Entonces creí  que el dolor, el sufrimiento, la felicidad, amor, tristeza, no eran parte de la materia oscura que me rodeaba, ese pensamiento fertilizo el suelo podrido y de allí crecieron rosas extrañas con flores plateadas de pétalos filosos, el color insípido de sus hojas, piden cada vez que mi desesperación se adueña de mi mente, que pinte su vació con la sangre de mis brazos. En este lugar oscuro donde aun sobreviven sueños sedientos de realidad, donde ha brotado de tantos sentimientos y resentimientos las flores de todos mis fracasos, aquí no existen las cicatrices, el arrepentimiento, ni tampoco el olvido, aquí existe el eterno recuerdo y en esa eternidad las marcas duran para siempre. Suelo preguntarme si volverá la luz a iluminar mi mundo, o si esperar que el sol salga es en vano, porque quizás detrás de la colina donde se ocultaron las llamas de luz, se encuentra esperando lo que he perdido y nunca tuve...y a pesar de que esta tan cerca...tengo mucho miedo para ir a buscarlo.

3 comentarios:

Ayelen Amaya dijo...

Me encanto tu entrada un beso.

Lectora azul dijo...

describes tu universo de una forma tétrica pero hipnotizante...
hay veces en que la montaña da miedo y no nos atrevemos a escalarla por miedo a caer cuando ya estemos en lo alto, pero si nos atrevemos a hacerlo con suficiente fuerza como para no rendirnos a mitad de camino, siempre hay algo bello al otro lado

Saludos de la chica de los chicles
http://lachica-deloschicles.blogspot.com.es/

Carolina Campos V. dijo...

Esto es tan hermoso y profundo...Me hiciste soltar un suspiro.