
Me hace sentir perdido en los suspiros de algún viento cósmico, del cual brotan manos descarnadas apuntando hacia un cenit de eterna oscuridad. La luna se hace sol, y ambos astros compiten por el reino... mientras mi cuerpo duele a la vez que no lo siento, y mi voz suena como un abismal silencio; esquivando corazones sin nombre que parecen imposibles.
Un sonido de visiones borrosas me llama desde los ciprés, donde las sombras se mezclan con la luz. Encontraré el camino que me lleve de regreso a mi vida, sintiendo una despedida eterna en mi corazón. Ya no hay llanto, fuego, ni pasión. Sólo sonidos... y casi apenas un recuerdo.
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